domingo, 21 de junio de 2020

Destruyendo mitos: Eva Perón

Por Horacio Rivara

El relato ofical, repetido hasta el hartazgo, nos da una versión edulcorada de ella. Un hada madrina del subdesarrollo. La realidad fue muy diferente.

Los Groisman eran un matrimonio de judíos alemanes, dueños de la fábrica de caramelos Mu Mú y simpatizantes del Partido Socialista. Eva Perón se presentó en la fábrica, acompañada como siempre por matones con camperas negras, y exigió la entrega de un millón de caramelos a la Fundación Eva Perón. Los dueños se negaron, alegando que ellos mismos donaban por su cuenta. Nadie se atrevía a decirle que no a la señora.

Al día siguiente el Dr. Ramón Carrillo, el antisemita Ministro de Salud (el mismo que nos quieren meter en el billete de 5000 pesos) ordenó una inspección. Como Bromatología no encontró nada, los matones de Eva arrojaron una rata muerta bajo las máquinas.

El 7 de junio de 1949, en todos los diarios oficialistas se acusaba a los Groisman de "judíos envenenadores de niños"; se clausuraba la fábrica, los kioscos eran allanados y miles de caramelos arrojados a las calles. Castillo y Eva intentaron generar un progrom (saqueos y asesinatos masivos contra la comunidad judía), pero Perón, en su doble juego que tan bien practicaba, frenó a su dos esbirros, luego de recibir graves advertencias de la Embajada de EEUU. El matrimonio Groisman y tres hermanos más terminaron presos.

Eva Perón tenía a cuatro torturadores exclusivamente a su servicio: dos comisarios: Lombilla y Amoresano, y a dos cabos, los hermanos Cardozo. ¿A quienes torturaban? Básicamente a socialistas, anarquistas y sindicalistas, incluso a cinco mujeres del sindicato telefónico, una de las cuales estaba embarazada y perdió el bebé. Extrañamente hoy es un ícono de la izquierda y el feminismo. Aquí, en este discurso, dice: "Seremos implacables y fanáticas...", "...sólo Perón es dueño de la verdad", y habla de "exterminio": https://youtu.be/bJGf17L3x3U .

Otro de sus hombres era Juan Queralto, un nazi local al que ella apoyó para agrandar la Alianza LIbertadora Nacionalista, integrada por ex SS croatas, criminales de guerra a los que Perón y el Vaticano trajeron a estas playas y personajes locales como el inefable Rodolfo Walsh. (Sí, le dieron su nombre a una estación). Ese grupo perseguía a opositores y quemaba sinagogas.

-Ah, pero regalaba cosas a los pobres- No, nunca regaló nada de ella; al contrario, robaba a los pobres. Todo empleado público y empresa privada estaba obligada a dar el 10% de su sueldo o ganancia a la Fundación Eva Perón, bajo apercibimiento de graves sanciones. De allí ella tomaba para sí todo lo que quería (su disputada herencia fue de 100 millones de dólares, y el juicio duró 20 años), luego dejaba que su hermano Juancito robara lo que necesitaba para sus lujos, y recién ahí, se sentaba como una reina, llena de joyas, a repartir entre sus suplicantes.

Perón, más astuto, la utilizó para su juego de Policía Bueno/Policía Malo, se mudó de habitación, para no tener que compartir la cama con ella, y dejó que la intoxicación de poder y odio la consumiera rapidamente.

En su velorio, Perón se abrazó con el Gran Rabino Blum y le dijo al oído: dígale a sus amigos que el asunto Groisman ya está arreglado. Ah, y no se preocupe por Queralto, le voy a dar la Alianza a Guillermo Patricio Kelly, que es un muchacho más razonable.

Trabajadores de Mu Mu protestaban por quedarse sin trabajo. Pronto conocieron a los torturadores de Eva